miércoles, 10 de febrero de 2010

El poeta árabe, se hace, no nace



La poesía pre islámica se transmitía oralmente. Cada poeta tenía su “transmisor oral” que se aprendía de memoria los versos de su maestro hasta poder volar con sus propias alas, momento en que pasaba a ser, a su vez, poeta. Así se establecían verdaderas cadenas de transmisión poética, cuyo proceso muestra hasta qué punto era condición sine qua non para ser un buen versificador el haber tenido el oído sometido a la escucha y la memoria sometida al aprendizaje de cuantos más versos mejor. En este sentido y según el concepto clásico, el poeta árabe se hace, no nace.

Algunos de estos transmisores, cobraron pronto, en su propia época, fama de impostores, acusados de haber desvirtuado, cuando no inventado, buena parte de los versos memorizados.

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