Desde la Arabia prei slámica había existido siempre rivalidad entre Arabia del Norte y árabes del Sur. Cuando llega la dinastía omeya al poder, se acrecienta aún más. Los omeyas se apoyan en los árabes del Norte y a partir de ahí se establece un juego de alianzas. Los árabes del Nortes eran protegidos por los Omeya en detrimento de los del Sur.
La primera poetisa que forma parte de esta tradición es Layla Al Ajyaliya (m. 704). Estaba enamorada de Tawba que murió en 674, y Layla murió en su tumba por inanición, escribiéndole poemas de amor. Las mujeres eran muy importantes en los ritos de duelo: existían las plañideras, que luego se prohibirían con escaso éxito.
Otro poeta de amantes legendarios es Waddah Al Yaman (m.714). Era tan bello que cuando salía tenía que cubrir su rostro porque provocaba desmanes en las mujeres. De él sólo se conservan 27 versos, los cuales van dirigidos a la mujer del Califa Al- Walid (705- 712). En torno al poeta se fragua una leyenda, que dice que éste mantenía una relación con la esposa del Califa. La esclava se enteró y se lo contó al Califa, que ideó una treta para deshacerse de él. Mandó un regalo a su mujer mientras estaba con Waddah, entonces este se escondió en un arcón para no ser descubierto. El Califa mandó enterrar el arcón, y Waddah fue enterrado vivo.
La esclava es un personaje traidor, y otro personaje es el malvado que vigila a los amantes. Luego se harán estereotipos con estos dos personajes. Waddah representa la continuación de los amantes legendarios.
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